Una nueva turbina desarrollada por el centro de investigación global de GE podría revolucionar la producción de energía. El equipo, que es de el tamaño de una mesa funciona con dióxido de carbono supercrítico, un estado especial de este gas en el cual no se encuentra ni liquido ni gaseoso.
El sistema funciona con este gas puesto a muy alta presión y al entrar en la turbina genera altas temperaturas que alcanzan 700 ° C. Después de pasar a través de la turbina, se enfría y después se presuriza para volver a pasar por otro espacio donde nuevamente se caliente y así varias veces, lo que vuelve extremadamente eficiente el sistema.
Se podría decir que reinventaron la turbina a vapor, la misma es varias veces mas eficiente que los modelos tradicionales y además, es compacta, lo que ofrece mucho más comodidad y rapidez para su instalación y uso. De acuerdo con el examen al cual se sometió la tecnología en el MIT, el sistema tiene un décimo del tamaño de una turbina normal y el potencial común para alcanzar una eficiencia del 50% en la conversión de calor en electricidad.
El prototipo fabricado por GE es capaz de producir hasta diez megavatios, pero la intención de la empresa es aumentar el proyecto para construir equipo capaces de producir hasta 33 MW.
Además de ser más eficiente en términos de producción de energía, la tecnología también podría ser utilizada como un sistema más conveniente para el almacenamiento de calor de la producción solar, nuclear o de combustión, al utilizar este calor generado como impulsor en esta turbina debido a su alta eficacia, se podría potenciar otros sistemas de generación y si a esto unimos la nuevas generación de baterías podríamos en un futuro cercano generar energía con mucho menos coste ambiental.