
Determinar la potencia eléctrica adecuada para tu negocio es esencial para garantizar un funcionamiento eficiente y evitar costes innecesarios.
Una potencia insuficiente puede provocar interrupciones en el suministro eléctrico, mientras que una excesiva incrementa los gastos fijos en tu factura.
¿Qué es la potencia eléctrica contratada?
La potencia eléctrica contratada es la cantidad de energía que tu instalación puede demandar de la red eléctrica de manera simultánea sin superar los límites establecidos.
Este valor se mide en kilovatios (kW) y determina cuántos equipos eléctricos puedes utilizar al mismo tiempo sin que se produzcan cortes de suministro.
Es un componente fijo en tu factura eléctrica, por lo que es crucial ajustarlo correctamente para optimizar costes.
Factores a considerar para determinar la potencia necesaria
Tipo de actividad: Cada negocio tiene requerimientos energéticos específicos. Por ejemplo, un restaurante necesitará más potencia debido al uso de cocinas industriales, hornos y sistemas de refrigeración, mientras que una oficina puede tener menores demandas energéticas.
Tamaño del local: La superficie de tu establecimiento influye en la cantidad de iluminación y climatización necesarias, lo que afecta directamente al consumo eléctrico.
Equipos eléctricos: Haz un inventario de todos los aparatos que utilizarás, incluyendo su potencia nominal y la probabilidad de uso simultáneo. Esto te ayudará a estimar la demanda máxima de energía.
Horario de operación: Determina las horas pico de actividad en tu negocio para identificar los momentos de mayor consumo eléctrico.
Pasos para calcular la potencia óptima
Listado de equipos: Elabora una lista de todos los dispositivos eléctricos que utilizarás, anotando la potencia de cada uno.
Estimación de uso simultáneo: Evalúa cuáles de estos equipos funcionarán al mismo tiempo durante las horas de mayor actividad.
Aplicación de un factor de simultaneidad: Este factor tiene en cuenta que no todos los equipos estarán operativos al mismo tiempo. Generalmente, se utiliza un valor entre 0,2 y 0,7, dependiendo del tipo de negocio.
Cálculo final: Multiplica la suma de las potencias de los equipos por el factor de simultaneidad para obtener una estimación de la potencia necesaria.
Por ejemplo, si la suma de las potencias de tus equipos es de 20 kW y aplicas un factor de simultaneidad de 0,5, la potencia recomendada sería de 10 kW.
Consecuencias de una potencia mal ajustada
Potencia insuficiente: Si la potencia contratada es menor a la necesaria, el Interruptor de Control de Potencia (ICP) se activará, cortando el suministro eléctrico cada vez que se supere el límite. Esto puede interrumpir las operaciones diarias y afectar la productividad.
Potencia excesiva: Contratar más potencia de la necesaria implica pagar más en la factura eléctrica sin obtener beneficios adicionales, lo que reduce la rentabilidad de tu negocio.
¿Cómo ajustar la potencia contratada?
Revisión del Certificado de Instalación Eléctrica (CIE): Este documento, también conocido como boletín eléctrico, indica la potencia máxima que tu instalación puede soportar. Si no dispones de él o está desactualizado, es recomendable contactar a un instalador eléctrico autorizado para obtener uno nuevo.
Solicitud de cambio: Una vez determinada la potencia óptima, debes solicitar a tu comercializadora eléctrica el ajuste de la potencia contratada. Ten en cuenta que, según la normativa vigente, puedes realizar cambios en la potencia una vez al año.
Costes asociados: Al aumentar la potencia contratada, es posible que debas abonar derechos de extensión y acceso. Por el contrario, si reduces la potencia, podrías perder los derechos sobre la diferencia y tener que volver a pagarlos si decides incrementarla en el futuro.
En Reparlux, somos especialistas en instalaciones eléctricas y legalizaciones. Ofrecemos asesoramiento personalizado para ayudarte a determinar la potencia eléctrica óptima para tu negocio, garantizando un suministro seguro y eficiente.
Ajustar correctamente la potencia eléctrica contratada no solo asegura el buen funcionamiento de tus operaciones diarias, sino que también contribuye a una gestión más eficiente y económica de los recursos energéticos de tu empresa.