Antes que nada vamos a hablar de lo que significan estos dos conceptos, y como afectan a tu vivienda.
¿Sabes cuál es la tensión eléctrica de tu casa?
Probablemente nunca te has llegado a plantear esto, pero hay dos tipos de tensiones eléctricas que puedes tener instalada en tu casa: trifásico (400V) o monofásico (230V).
Instalación monofásica
La tensión monofásica cuenta con una única fase. Esta modalidad es la que solemos encontrar en los hogares convencionales con voltajes de 230V. Sin embargo, también podemos encontrar con menor frecuencia, viviendas con instalación trifásica.
La mayoría de las viviendas tienen este tipo de instalación, ya que no suelen necesitar una electrificación superior a los 14,49 kW. El mismo nombre nos indica que este tipo de instalación tiene una única fase y, por lo tanto, la potencia contratada la proporciona una misma fase que es usada por todo el inmueble.
La tensión trifásica dispone de tres fases y suman 400V, dividiendo la instalación en tres secciones a las que llega la potencia.
Así pues, la potencia contratada la tendremos repartida y dividida por las tres fases. Al tener la instalación equilibrada, cada fase consumirá 1/3 de la potencia contratada. En el caso de tener una potencia contratada de 9,20 kW, está quedará repartida en 3,06 kW por fase.
Y ahora viene la gran pregunta ¿Cuál me conviene más?
Para elegir entre un tipo de instalación u otra lo primero que debes hacer es calcular la potencia que consumen cada uno de tus aparatos eléctricos:
Si no necesitas una potencia contratada mayor de 14,49 kW, lo recomendable es una instalación monofásica. Pagarás menos en la factura y te saltarán menos los plomos.
Si 14,49 kW se te quedan cortos, lo mejor es un sistema trifásico.
También dependerá por ejemplo del uso que necesitemos, si tenemos una piscina trifásica de 15Kw, obviamente necesitaremos una instalación trifásica.
El gran inconveniente de la instalación trifásica es que la potencia contratada se reparte entre las 3 fases, por lo que si tus electrodomésticos son monofásicos será frecuente que excedas tu límite y te "salten los plomos". Por ello, cuando se tiene una instalación trifásica se tiende a contratar potencias superiores a las que realmente se necesitan y esto hace que los recibos mensuales de la luz sean más elevados de lo usual.
Si quieres ahorrar en tu factura de la luz y cambiar tu instalación eléctrica de trifásica a monofásica, estos son los pasos a seguir:
1. Debemos revisar todos los electrodomésticos y/o aparatos que tengas conectados a la corriente para cerciorarnos de que no tenemos ningún consumo eléctrico trifásico que necesite una tensión de 400V, porque dejaría de funcionar.
2. Una vez acabada la revisión, un técnico electricista que sea instalador autorizado se encargará de modificar y adaptar la instalación eléctrica a monofásica.
3. El instalador autorizado emitirá un nuevo boletín eléctrico o Certificado de Instalación Eléctrica (CIE) en el que reflejará en detalle las características de la instalación eléctrica, así como la modificación realizada, la potencia eléctrica admisible y las pruebas y medidas de seguridad realizadas en la instalación.
4. La empresa que suministre la electricidad instalará un contador monofásico y certificará que se ha hecho el cambio correctamente y comenzarás a ahorrar.
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